Es un enfoque en la persona como ser integral, con cuerpo, mente, emociones y espíritu. Se aplican técnicas terapéuticas dependiendo de la necesidad del consultante. El énfasis es en el individuo más que en etiquetas diagnósticas, y se prioriza la psicoterapia sobre la medicación, aunque también se usa si es necesaria. 

En las sesiones se realizan actividades efectivas para fortalecer estas 4 áreas: 

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1. Área Física: tratamiento médico para síntomas de salud mental, cuidados del cuerpo a través de hábitos como el ejercicio, el buen descanso y la alimentación sana, y énfasis en el control de problemas de salud.

2. Área Psicológica: fomentar la introspección, incrementar la seguridad en sí mismo(a), mejorar la autoestima y el autoconcepto, aprender estrategias de afrontamiento, cambio de hábitos, entre otras cosas.

3. Área Social y Familiar: fortalecimiento de relaciones sociales, de pareja, familiares y con los pares, así como formas de comunicación efectiva.

4. Área Espiritual: se refiere a autotrascender, no solo por medio de dogmas religiosos, sino también a través del servicio, un proyecto de vida, la espiritualidad individual y el vínculo profundo con otras personas y con el mundo.